El nuevo paradigma del comercio internacional
Durante las últimas décadas países como los EE.UU. han estado promoviendo la importancia de la liberación del comercio internacional y la creación de acuerdos multilaterales de libre comercio entre países. Esto se puede dejar visto en el desarrollo de tratados como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA por sus siglas en inglés), Tratado Trans-Pacífico (TTP), DR-CAFTA (Dominican Republic-Central America Free Trade Agreement, en inglés), Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI, o TTIP por sus siglas en inglés), Acuerdo comercial de la Unión Europea y Canadá (CETA), entre otros más. Cabe destacar que, estos tratados de libre comercio son realizados bajo la premisa de que los países involucrados se benefician de poder colocar con mayor facilidad sus productos nacionales en los demás países participantes en el tratado, y viceversa; Esto debería traducirse en una balanza comercial mucho más favorable y, por tanto, en una especialización de los países en las actividades productivas en donde sean más competitivos.
La aprobación de estos acuerdos de libre comercio y la aceptación del desmantelamiento de medidas de protección a las industrias locales no ha sido un proceso del todo plácido. Para Latinoamérica este fue un tema sensible, dado que, durante la segunda mitad del siglo XX, muchos países adoptaron un Modelo de Sustitución de Importaciones (conocido comúnmente como ISI), que consistía en un modelo de desarrollo que se centra en el reemplazo de importaciones por productos nacionales, por lo general mediante medidas proteccionistas, para fomentar el crecimiento económico. Estas medidas proteccionistas en sus diferentes variantes, causaron desestabilización en las economías que lo adoptaron, y República Dominicana no fue la excepción.
Es por ello que surgió una contracorriente que era más favorable a la apertura comercial, la cual consistía en la eliminación o reducción de barreras arancelarias y tarifas, eliminación de control del tipo de cambio, disminución de la injerencia del Estado en los procesos productivos, y la promoción de acuerdos bilaterales o multilaterales de libre comercio. Esta “contracorriente” ahora está siendo retada por uno de sus principales promotores, EE.UU. Y es que, sin duda alguna, ha habido ganadores y perdedores en este proceso de desmantelamiento de la protección comercial, un ejemplo de ello ha sido el sector de manufacturas e industrial de los EE.UU. La Balanza Comercial de EE.UU. ha sido netamente deficitaria en los últimos 20 años la mayoría de los países de mayor influencia en el comercio internacional, tales como China (ver Gráfica I), Alemania (Gráfica II), México, India, Francia e Italia. Para el 2015, déficit de la balanza comercial de EE.UU. fue de US$ -500,361 Billones.
En ese orden, bajo este contexto, los movimientos anti-globalización están cobrando mayor fuerza, al punto de que los partidarios de medidas proteccionistas tienen una mayor preponderancia a nivel político que antes. Esto puede verse en sucesos importantes, como la salida del Reino Unido de la Unión Europea y de EE.UU. del TPP.
Por último, la República Dominicana este nuevo paradigma del comercio internacional implicará nuevos desafíos, dado que, existe una necesidad por parte de la economía dominicana en fortalecer su capacidad exportadora (revitalizar su sector industrial) y diversificar sus fuentes de divisas.