TASAS A LA BAJA: EL BANCO CENTRAL MARCA EL PASO DE LA INVERSIÓN LOCAL

El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) dio un nuevo paso en su estrategia de apoyo a la recuperación económica al reducir su tasa de política monetaria (TPM) en 25 puntos básicos, de 5.50 % a 5.25 % anual, durante su reunión de octubre de 2025. La medida —que sigue a un recorte previo en septiembre— responde a un entorno de inflación controlada y condiciones financieras internacionales más favorables. Con esta decisión, la autoridad monetaria busca afianzar la confianza, abaratar el crédito y estimular la demanda interna sin poner en riesgo la estabilidad de precios.
El contexto internacional también respalda una política más flexible. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha recortado sus tasas de referencia en las últimas reuniones ante señales de debilitamiento laboral, mientras que el Banco Central Europeo mantiene una postura prudente en medio de una inflación cercana a su meta. En América Latina, varios bancos centrales han seguido la misma senda de reducción de tasas, buscando reactivar el consumo y la inversión en un entorno global de menor crecimiento y precios moderados del petróleo.
A nivel local, la inflación continúa dentro del rango meta de 4 % ±1 %, ubicándose en 3.76 % en septiembre, con expectativas bien ancladas. Sin embargo, el crecimiento económico ha mostrado cierta moderación: el IMAE acumuló una expansión de 2.2 % entre enero y septiembre, afectado por la debilidad de sectores como la construcción y la manufactura. Ante este panorama, el BCRD ha combinado la reducción de tasas con un programa de provisión de liquidez de RD$81 mil millones, que ya ha canalizado recursos hacia sectores productivos en condiciones favorables.
Los efectos de esta política comienzan a sentirse. Las tasas activas y pasivas del sistema financiero se han reducido de manera significativa, y el crédito privado crece a un ritmo cercano al 8.5 %, con expectativas de alcanzar hasta 12 % al cierre del año. Además, la estabilidad cambiaria y el sólido flujo de divisas —respaldado por remesas, turismo e inversión extranjera— fortalecen el panorama macroeconómico. Si esta tendencia se mantiene, la economía dominicana podría cerrar 2025 con un crecimiento de 2.5 % y acercarse nuevamente a su ritmo potencial en 2026, consolidando una recuperación sostenible impulsada por una política monetaria oportuna y coordinada con el impulso fiscal.