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Banco Central mantiene su tasa de política monetaria en 5.50% anual
Fuente Periódico El Dinero
El Banco Central (BCRD), en su reunión de política monetaria de abril de 2022, decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 5.50% anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 6.00% anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) en 5.00% anual.
Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía mundial, que ha estado influenciado por el aumento en la incertidumbre internacional derivada de los recientes conflictos geopolíticos y del choque de costos global. En ese orden, la dinámica de los precios continúa siendo afectada por choques externos más persistentes de lo previsto, asociados al notable incremento de los precios del petróleo y de otras materias primas importantes para la producción local, así como los elevados costos del transporte internacional de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
En particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en marzo de 2022 fue de 0.67%; mientras que la inflación interanual, es decir en los últimos 12 meses, se ubicó en 9.05%. Por otro lado, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, se situó en 6.99% en marzo, reflejando efectos de segunda vuelta en la producción asociados a choques de oferta de origen externo.
El sistema de pronósticos del BCRD indica que, en un escenario activo de política monetaria, la inflación convergería gradualmente al rango meta de 4% ± 1% durante el horizonte de política monetaria, pero a un ritmo más lento de lo previsto. Es importante resaltar que, en adición a las políticas de normalización monetaria, las medidas fiscales que están siendo implementadas para mitigar el incremento en los precios de las materias primas y la estabilidad observada en el mercado cambiario son elementos que facilitarían la convergencia de la inflación a la meta.
Desde finales del año 2021 el Banco Central ha estado implementando medidas para contrarrestar los choques externos sobre los precios y contribuir a la convergencia de la inflación al rango meta, en un contexto de dinamismo económico. En este sentido, el BCRD ha incrementado su tasa de política monetaria en 250 puntos básicos desde noviembre de 2021, hasta situarla en su nivel actual de 5.50% anual, en consonancia con el ciclo de aumentos en las tasas de interés a nivel internacional.
De forma complementaria, el BCRD ha reducido de manera importante el excedente de liquidez del sistema financiero, a través de operaciones de mercado abierto y del retorno gradual de los recursos que habían sido otorgados durante la pandemia. Estas medidas han logrado acelerar el mecanismo de transmisión de la política monetaria, contribuyendo al ajuste en las tasas de interés domésticas y a una moderación significativa en el crecimiento de los agregados monetarios.
En el entorno internacional, se ha incrementado significativamente la incertidumbre debido a la invasión de Rusia a Ucrania. En ese contexto, en su actualización más reciente de las Perspectivas Económicas Mundiales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja los pronósticos de crecimiento global para el presente año 2022 de 4.4% a 3.6%.
En Estados Unidos de América, nuestro principal socio comercial, el crecimiento económico se ha moderado a 3.6% interanual en el primer trimestre de 2022, equivalente a una contracción intertrimestral anualizada de -1.4%. Asimismo, las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja, proyectándose una expansión para el cierre de año de 3.7% según el FMI.
Por otro lado, la inflación interanual en ese país alcanzó 8.5% en marzo, su nivel más alto en las últimas cuatro décadas y más de cuatro veces superior a su meta de 2.0%. En este contexto, la Reserva Federal (Fed) incrementó, la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos en su reunión de marzo, ubicándola en el rango 0.25% – 0.50% anual, esperándose aumentos adicionales durante el resto del año.
Las estimaciones de crecimiento del FMI para la Zona Euro también se han revisado a la baja, con una expansión esperada de 2.8% en 2022, equivalente a un crecimiento intertrimestral anualizado de 0.8%, considerando que es una de las regiones más afectadas por el conflicto bélico. En tanto, la inflación interanual se situó en 7.4% en marzo, la más alta en la historia de este bloque de países. Si bien la tasa de depósitos overnight permanece en -0.50 % anual, el Banco Central Europeo (BCE) concluyó en marzo el programa de compra de activos financieros por la pandemia, mientras que los analistas esperan que el BCE aumente su tasa de referencia durante el segundo semestre del año.
Ante las expectativas de incrementos futuros en las tasas de interés de las economías avanzadas, como Estados Unidos, la Zona Euro, Inglaterra, Canadá, entre otras; el BCRD estará dando seguimiento continuo a las condiciones financieras internacionales y a las presiones inflacionarias de origen externo para tomar, oportunamente, medidas adicionales que permitan preservar la estabilidad de precios y mantener ancladas las expectativas de los agentes económicos.
Para América Latina, las perspectivas para 2022 apuntan a una expansión más moderada, estimándose un crecimiento de 2.5%, de acuerdo con el FMI. Ante las elevadas presiones inflacionarias, casi todos los bancos centrales de la región han continuado incrementando sus tasas de referencia desde el año 2021, como es el caso de Brasil (975 puntos básicos), Argentina (900 puntos básicos), Chile (650 puntos básicos), Paraguay (600 puntos básicos), Colombia (425 puntos básicos), Perú (425 puntos básicos), Uruguay (400 puntos básicos), Costa Rica (325 puntos básicos), México (225 puntos básicos) y Nicaragua (50 puntos básicos).
Con relación a las materias primas, el precio del barril del petróleo intermedio de Texas (WTI) ha registrado incrementos importantes en los últimos meses, al pasar de un promedio de US$83 durante enero de 2022 a cotizarse en torno a los US$102 por barril durante abril, reflejando el panorama internacional más convulso y las limitaciones en la producción mundial del crudo. De igual forma, los precios internacionales de bienes primarios alimenticios, como maíz, trigo, sorgo y soya, así como los fertilizantes, han vuelto a aumentar durante los meses recientes debido al conflicto bélico. En tanto, el precio del oro se ha incrementado manteniéndose por encima de los US$1,900 por onza troy, al ser utilizado como reserva de valor en un escenario de mayor incertidumbre.
En el entorno doméstico, se ha mantenido el buen desempeño de la economía durante el presente año, al registrarse un crecimiento del Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) de 6.4 % durante el mes de marzo, que, junto a las expansiones de 6.3% en enero y de 5.8% en febrero, acumulan un crecimiento de 6.1 % durante el primer trimestre del 2022. El dinamismo de la actividad económica durante el presente año ha estado impulsado por la recuperación del turismo, así como por el dinamismo de construcción, comercio, transporte y zonas francas.
Hacia adelante, las perspectivas de crecimiento de la economía dominicana se han tornado más conservadoras debido a la alta incertidumbre prevaleciente en el entorno internacional. En ese sentido, se prevé que, en un escenario donde los riesgos derivados del enfrentamiento geopolítico se mantengan limitados, el crecimiento económico para el presente año se ubicaría en torno a 5.0%, cercano a su potencial, según lo contemplado en la revisión más reciente del Programa Monetario.
Por otro lado, el crédito al sector privado en moneda nacional mantiene su dinamismo al expandirse de forma interanual cercano a 12 % en el mes de abril. En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que han otorgado el espacio necesario para aplicar medidas orientadas a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares, especialmente los más vulnerables.
En el sector externo, continúa el dinamismo de las exportaciones y del turismo; así como de las remesas, que alcanzaron unos US$2,400 millones durante el primer trimestre del año. En ese sentido, las proyecciones actualizadas apuntan a un déficit de Cuenta Corriente entre 3.0% y 3.5% del PIB para este año, tomando en consideración que el desempeño favorable de las actividades generadoras de divisas, compensarían parcialmente el impacto de los mayores precios del petróleo. Adicionalmente, es importante resaltar que se proyecta que la Inversión Extranjera Directa se ubique por encima de los US$3,400 millones, que cubrirían con holgura el déficit estimado para la Cuenta Corriente.
Asimismo, las reservas internacionales se mantienen en niveles históricamente altos, en torno a los US$14,300 millones, equivalentes a 13.3% del PIB y 7.0 meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el FMI. Estos factores han favorecido la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una apreciación acumulada de la moneda local de aproximadamente 4.0% al cierre de abril, que contribuiría a contrarrestar las presiones inflacionarias importadas.
Es importante resaltar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para mitigar este choque adverso, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, el buen desempeño de la demanda interna y los altos niveles de reservas internacionales. El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, por lo que se mantendrá dando seguimiento a la coyuntura internacional y a las presiones inflacionarias, con el propósito de adoptar medidas adicionales ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.
Importación con impacto negativo en industria RD
Fuente Periódico Hoy
El presidente de la Asociación Nacional de Empresas e Industrias de Herrera (ANEIH), Noel Ureña Ceballos, afirmó que deteriorará y dejará secuela a largo plazo en los sectores productivos la ley que establece tasa cero a la importación de productos que se fabrican localmente.
Reiteró la necesidad de ser específico, poner límites y restricciones a las importaciones en este proyecto de ley que ya fue conocido en el Congreso, en especial en los productos de la canasta básica.
Advirtió que de ser puesta en vigencia esta ley por el Poder Ejecutivo traerá a futuro consecuencias graves para la industria nacional, la misma que ha ido tratando de sobrevivir a lo largo de los años, desarrollándose, industrializándose y capacitándose en materia de sistema de gestión de calidad y desarrollando nuevas maquinarias para poder competir localmente y exportar.
Instó a sí establecer tasa cero para los insumos y materias primas que son utilizadas para toda la industria nacional, principalmente para la elaboración de los productos de la canasta básica como una forma de hacer más competitivo los sectores y que sea una medida para controlar la Inflación a largo plazo.
Recordó que con acuerdos comerciales ya los productos alimenticios no pagan arancel, por lo que entienden que no era necesario otra legislación.
Aseguran tasa arancel cero impactaría negativamente en la producción
El Observatorio Político Dominicano (OPD) realizó un estudio que arrojó que la propuesta actual de tasa de arancel cero a la importación de 67 productos de la canasta básica ya incluidos en los tratados de libre comercio es una medida que no tendría un impacto significativo ni duradero en la reducción del costo de los alimentos.
Según la entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), la propuesta de arancel cero también sería una medida efímera y de poco impacto positivo, pero sí de alta repercusión negativa en la producción nacional.
El estudio del OPD-FUNGLODE titulado “Propuesta de arancel tasa cero: una medida que debe replantearse”, indica que la propuesta de arancel cero a la importación de productos de la canasta básica no eliminaría la inflación en los precios de los bienes, por lo que el Estado estaría asumiendo un sacrificio fiscal de $256 millones de pesos sin lograr grandes resultados.