Guerra comercial entre China y USA: Efecto sobre tipo de cambio y balance comercial de la República Dominicana
Desde el acto de inauguración presidencial en enero 2017, Donald Trump puso en claro sus prioridades como nuevo mandatario estadounidense, al enunciar constantemente su lema “America First” -América primero- y “Make America Great Again” o MAGA. La acción política de estos lemas fue representada en una agenda de gobierno ordenada por 6 pilares, de los cuales 2 involucran la re-negociación con China: “Bringing Back Jobs And Growth” -traer devuelta nuestros empleos y crecimiento- y “Trade Deals Working For All Americans” -acuerdos comerciales para todos los trabajadores estadounidenses-.
A inicios del 2017 el Gobierno de Trump llegó a iniciar ciertas acciones, tímidas en comparación a las tomadas en el presente, tales como, los intentos de renegociación del NAFTA, el acuerdo con General Motors (GM) y Carrier Corp. Sin embargo, es en el comienzo de su segundo año que Trump pone en marcha acciones para “traer de vuelta los empleos a Estados Unidos” iniciando una guerra comercial con China y otros importantes socios comerciales (Canadá, Japón, México, Unión Europea y Corea del Sur) mediante la imposición de tarifas arancelarias en grupos de bienes específicos. Estas medidas captaron a nivel internacional atención de los principales mandatarios del mundo, especialmente de China, Xi Jinping quien a través de su gobierno impuso una demanda a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) el pasado 5 de abril del corriente año y se refirió a una política de reciprocidad para elevar los aranceles a algunas de las importaciones que China hace de Estados Unidos. Sin embargo, desde entonces pareciera que los procesos estarían dado frutos para el presidente Trump, dado que el pasado 10 de abril, Xi Jinping destacó en el Foro de Boao para Asia que “China va a entrar en una nueva fase de apertura”, y que recortará los aranceles para los vehículos de motor y abrirá los sectores bancarios.
A grandes rasgos, Estados Unidos tiene un balance comercial deficitario desde hace ya varias décadas, siendo China el principal contribuyente a este déficit y, en segundo lugar, aunque en menor medida, países como Canadá, Alemania, Japón y México. En el año 1992 el déficit en la balanza comercial en la Balanza Comercial era de US$ 39,212 millones, equivalente a un -0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y de los cuales US$ 616,882 millones correspondían exportaciones y US$ 656,094 millones a importaciones. Mientras que, para el año 2017, el déficit en la balanza comercial se ha expandido a US$ 568,442 millones, obteniendo una ponderación negativa de 2.90% del total del Producto Interno Bruto (PIB)[1].
Desde 1985 Estados Unidos ha tenido un balance comercial neto deficitario con China, gracias a los procesos de relocalización industrial global -promovidos en principio por Estados Unidos- y la apertura del libre mercado en este país asiático. En la actualidad ambos países se encuentran en una puja de poder, tanto en el terreno económico como militar y político, la cual se ha volcado en el terreno comercial desde la entrada de la administración de Trump. Al cierre del año 2017, el total de exportaciones desde Estados Unidos hacia China fueron US$ 186,835 millones, mientras que, el total de importaciones que Estados Unidos realizó desde China ascendió a US$ 524,019 millones; resultado en un balance deficitario neto de US$ 337,184 millones que representa un 59.32% del total. En promedio, el balance comercial entre estos dos países ha sido de US$ 221,956 millones y ha tenido un crecimiento anual promedio 10.03% desde 1999 a 2017.
Sin embargo, En los últimos 10 años el intercambio comercial entre ambos países se ha ido desacelerando y apuntando hacia un crecimiento mayor en las exportaciones que en las importaciones: En promedio, durante el quinquenio 2013 – 2017 las importaciones y exportaciones obtuvieron un menor incremento que el quinquenio 2008 – 2012, obteniendo como resultado 3.66% y 5.32% anual en comparación a 6.21% y 13.80% anual respectivamente. Es importante destacar que, en promedio, el total de las importaciones y exportaciones de Estados Unidos han estado reduciéndose en los últimos diez años: para el quinquenio 2013 – 2017, el crecimiento de las importaciones y exportaciones fueron de 1.10% y 1.07%, mientras que para el quinquenio 2008 – 2012 fueron de 4.31% y 6.70%.
Impacto a República Dominicana
En cuanto a la República Dominicana, en este contexto, los efectos de este proceso de negociación, tanto a largo como a corto plazo, aun son inciertos para nuestro país como economía abierta, pequeña, y de poca ponderación en la balanza comercial tanto de Estados Unidos como de China.
Los procesos de negociación entre China y Estados Unidos en el corto plazo pueden alterar planes de inversión y detener procesos de producción, y generar (una vez se formalice la entrada de los nuevos aranceles) un encarecimiento de ciertos productos, una gradual presión cambiaria e inflación, lo cual puede afectar a la economía dominicana si estos tienen una ponderación importante en nuestra balanza comercial con la contraparte norteamericana.
[1] Dato extraídos del Oficina de Análisis Económico o Bureau of Economic Analysis (BEA). URL: https://www.bea.gov/international/index.htm#trade