Acuerdo sobre el brexit y las consecuencias de no aceptarlo
A menos de dos meses de la salida oficial de Reino Unido de la Unión Europea (UE), el país angloparlante todavía no ha logrado realizar un acuerdo con el organismo supranacional que suavice el impacto económico del Brexit. El acuerdo propuesto toca tres puntos importantes: Los derechos de los ciudadanos, el aporte de Reino Unido a la Unión Europea y el comercio.
Como primer punto, el derecho de ambos a moverse sin limitaciones se restringirá una vez ocurra el Brexit, sin embargo, Reino Unido se ha comprometido a respetar los derechos de residencia, trabajo, estudio, reunificación familiar o asistencia sanitaria para los ciudadanos europeos que se encuentren allí antes del 29 de marzo de 2019, y para los que lleguen durante el periodo transitorio.
Por otro lado, el acuerdo dice que Reino Unido deberá realizar sus aportaciones al presupuesto de los próximos dos años como un socio más, es decir, continuará aportando alrededor de 7,000 millones de euros netos anuales hasta 2020. En adición, Reino Unido recibirá los fondos por liquidar para su participación en instituciones como el Banco Central Europeo o el Banco Europeo de Inversiones (BEI), pero aun así las estimaciones de las partes señalan que el saldo neto será favorable para Bruselas en alrededor de 50,000 millones de euros debido a compromisos pendientes que posee el país con la Unión Europea.
En cuanto al comercio, el acceso de los británicos a los mercados europeos dependerá de que el Reino Unido respete las normas de la Unión Europea en materia de competencia, impuestos, medio ambiente, así como de protección social y laboral. A pesar de las demandas de un acuerdo sobre servicios financieros, Reino Unido será tratado como cualquier otro país que no sea de la UE.
Este acuerdo se presentó ante el parlamento del país británico, sin embargo, fue rechazado. Una de las razones de este es que los miembros del parlamento esperaban obtener un trato preferencial en materias comerciales con la Unión Europea.
Sin embargo, la primer ministro británica Theresa May, planea llevar el acuerdo al parlamento para una segunda lectura. En caso de ser rechazado, nuevamente, y realizar un Brexit sin acuerdo, las consecuencias para Reino Unido se traducirían en inflación, recesión y desempleo.
El Banco de Inglaterra advirtió que la tasa de desempleo podría pasar del 4% a números de dos cifras y los precios de la vivienda caer hasta en un 35%. Mientras, según Moody’s, una de las tres calificadoras de riesgo considerada como las tres grandes, se estima que la libra tenga una fuerte caída, causando devaluación e inflación y una restricción de los salarios de los trabajadores durante los próximos dos o tres años.
Moody’s señala que, las industrias que podrían verse duramente afectadas por este posible escenario son las del motor, aérea, aeroespacial y química al ser las que más flujos comerciales tienen con la UE. Como método de suavizar el efecto, el ministro del Interior del Reino Unido, Sajid Javid, indicó que el nuevo sistema migratorio del país se basará en las competencias profesionales y no en la nacionalidad de éstos.